Guinda

Se diferencia del cerezo porque sus hojas no tienen vellosidad, son lustrosas y tampoco tienen el peciolo tan largo. Al igual que el cerezo presenta una floración muy llamativa y hermosa, con flores de color blanco, agrupadas en racimos. Aparecen junto con las hojas, en abril-mayo.

Las hojas caducas, simples, de ovales a elípticas, bruscamente acabadas en una punta corta, margenes finamente aserrados y haz reluciente. Los frutos redondeados (guindas) maduran a principios o mediados del verano y se parecen mucho a las cerezas, algo más redondas.

Color rojizo a negruzco, con carne blanda, jugosa y ácida. Se usan mucho para confitura, mermeladas y aguardientes. Tolera bien el frío, pero le perjudica las heladas tardías. Le gusta un terreno arcilloso y drenado.

Requiere luminosidad y podas moderadas. Se multiplica por semilla, pero es más rápido hacerlo sobre pie franco. Si el clima no es muy benigno, proteger el arbolito recién plantado con una capa de paja y estiércol. Conviene ponerlo en espaldera ante una pared para protegerlo. Deberemos guiarlo para que del tronco central surjan las ramas hacia arriba y la copa no se desparrame para que la cantidad de fruto sea mayor.